sábado, 15 de septiembre de 2012

Vicios del lenguaje


   Hace unos meses la Universidad Central de Venezuela (UCV) debido a la IX semana del Licenciado en Idiomas Modernos, dio la oportunidad a estudiantes y a no estudiantes también, de realizar algunos talleres asociados a los idiomas. Hubo decenas de talleres pero como se podía elegir solo dos, los que más me llamaron la atención fueron los de un taller de redacción y corrección ortográfica y el otro acerca de estrategias psicolingüísticas para el aprendizaje del ingles como lengua extranjera.
    Definitivamente, con los dos talleres aprendí muchísimo y me facilitaron mucha información importante que me ayuda con lo que estudio y a lo que me quiero desempeñar, pero digamos que con el que aprendí más fue con el taller de redacción y corrección ortográfica, y hubo un tópico en especial que me llamo mucha la atención y en la cual quiero hablar en esta entrada:  dequeísmo y queísmo, los cuales se encuentran entre los muchos vicios del lenguaje.
    Dequeísmo

    Es el uso indebido de la preposición de delante de la conjunción que cuando la preposición no viene exigida por ninguna palabra del enunciado. 

  1. Se incurre en dequeísmo en los siguientes casos:

a) Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada sustantiva de sujeto. El sujeto de una oración nunca va precedido de preposición y, por tanto, son incorrectas oraciones como Me alegra de queseáis felices (correcto: Me alegra que seáis felices); Es seguro de que nos quiere (correcto: Es seguro que nos quiere); Le preocupa de que aún no hayas llegado (correcto: Le preocupa que aún no hayas llegado); Es posible de que nieve mañana (correcto: Es posible que nieve mañana). 

b) Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada sustantiva de complemento directo. Esto ocurre, sobre todo, con verbos de «pensamiento» (pensar, opinar, creer, considerar, etc.), de «habla» (decir, comunicar, exponer, etc.), de «temor» (temer, etc.) y de «percepción» (ver, oír, etc.). El complemento directo nunca va precedido de la preposición de y, por tanto, son incorrectas oraciones como Pienso deque conseguiremos ganar el campeonato (correcto: Pienso que conseguiremos ganar el campeonato); Me dijeron de que se iban a cambiar de casa (correcto: Me dijeron que se iban a cambiar de casa); Temo de que no llegues a tiempo (correcto: Temo que no llegues a tiempo); He oído de que te casas (correcto: He oído que te casas).

c) Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada que ejerce funciones de atributo en oraciones copulativas con el verbo ser. Este complemento, por lo general, no va precedido de preposición y, por tanto, son incorrectas oraciones como Mi intención es de que participemos todos (correcto: Mi intención es que participemos todos).

d) Cuando se inserta la preposición de en locuciones conjuntivas que no la llevan: a no ser de que (correcto: a no ser que), a medida de que (correcto: a medida que), una vez de que (correcto: una vez que).

e) Cuando se usa la preposición de en lugar de la que realmente exige el verbo: Insistieron de que fuéramos con ellos (correcto: Insistieron en que fuéramos con ellos); Me fijé de que llevaba corbata (correcto:Me fijé en que llevaba corbata).

2. Los verbos advertir, avisar, cuidar, dudar e informar, en sus acepciones más comunes, pueden construirse de dos formas: advertir [algo] a alguien y advertir de algo [a alguien]; avisar [algo] a alguien y avisarde algo [a alguien]; cuidar [algo o a alguien] y cuidar de algo o alguien; dudar [algo] y dudar de algo.

3. Un procedimiento que puede servir en muchos de estos casos para determinar si debe emplearse la secuencia de «preposición + que», o simplemente que, es el de transformar el enunciado dudoso en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la preposición, esta ha de mantenerse en la modalidad enunciativa. Si la pregunta no lleva preposición, tampoco ha de usarse esta en la modalidad enunciativa: ¿De qué se preocupa?(Se preocupa de que...); ¿Qué le preocupa? (Le preocupa que...); ¿De qué está seguro? (Está seguro de que...); ¿Qué opina? (Opina que...); ¿En qué insistió el instructor? (Insistió en que...); ¿Qué dudó o dequé dudó el testigo? (Dudó que... o dudó de que...); ¿Qué informó [Am.] o de qué informó [Esp.] el comité? (Informó que... [Am.] o informó de que... [Esp.]).

    Queísmo

    Es la supresión indebida de una preposición (generalmente de) delante de la conjunción que, cuando la preposición viene exigida por alguna palabra del enunciado.

1. No debe suprimirse la preposición en los casos siguientes:

a) Con verbos pronominales que se construyen con un complemento de régimen: acordarse de algo, alegrarse de algo, arrepentirse de algo, fijarse en algo, olvidarse de algo, preocuparse de o por algo, etc.: Me alegro de que hayáis venido (no Me alegro que hayáis venido); Me olvidé de que tenía que llamarte (no Me olvidé que tenía que llamarte); Te preocupaste de o por que no pasáramos calamidades (no Te preocupaste que no pasáramos calamidades); Se acordaba de que en esa casa había vivido un amigo suyo (no Se acordaba que en esa casa había vivido un amigo suyo); Me fijé en que tenía manchas en la cara (no Me fijé que tenía manchas en la cara).

b) Con verbos no pronominales que se construyen con un complemento de régimen: convencer de algo, insistir en algo, tratar de algo (en el sentido de ‘procurarlo, intentarlo’), etc.: Lo convencí de que escribiera el artículo (no Lo convencí que escribiera el artículo); Insistió en que nos quedáramos a cenar (no Insistió que nos quedáramos a cenar); Trato de que estéis a gusto (no Trato que estéis a gusto).

c) Con sustantivos que llevan complementos preposicionales: Iré con la condición de que vayáis a recogerme (no Iré con la condición que vayáis a recogerme); Tengo ganas de que llueva (no Tengo ganas quellueva); Ardo en deseos de que vengas a verme (no Ardo en deseos que vengas a verme).

d) Con adjetivos que llevan complementos preposicionales: Estamos seguros de que acertaremos (no Estamos seguros que acertaremos); Estoy convencido de que llegarás lejos (no Estoy convencido quellegarás lejos).

e) En locuciones como a pesar de que (no a pesar que), a fin de que (no a fin que), a condición de que (no a condición que), en caso de que (no en caso que), etc.

f) En la construcción hasta el punto de que (no hasta el punto que).

g) En las locuciones verbales caber, o haber, duda de algo, caer en la cuenta de algo, darse cuenta de algo: No cabe duda de que es un gran escritor (no No cabe duda que es un gran escritor); Pronto cayó en la cuenta de que estaba solo (no Pronto cayó en la cuenta que estaba solo); Nos dimos cuenta de que era tarde (no Nos dimos cuenta que era tarde). No deben confundirse las locuciones caer en la cuenta, darse cuenta, que exigen de, con tener en cuenta, que no exige la preposición: No tiene en cuenta que nos esforzamos (no No tiene en cuenta de que nos esforzamos).

2. Los verbos advertir, avisar, cuidar, dudar e informar en sus acepciones más comunes, pueden construirse de dos formas: advertir [algo] a alguien y advertir de algo [a alguien]; avisar [algo] a alguien y avisar dealgo [a alguien]; cuidar [algo o a alguien] y cuidar de algo o alguien; dudar [algo] y dudar de algo; informar [algo] a alguien (en América) e informar de algo [a alguien] (en España). Por tanto, con estos verbos, la presencia de la preposición de delante de la conjunción que no es obligatoria ( advertir, avisar, cuidar(se), dudar, informar(se)).

3. Para determinar en cada caso si debe emplearse la secuencia de «preposición + que» o simplemente que,  dequeísmo, 3.

4. Para las expresiones formadas por el verbo dar seguido de algunos sustantivos abstractos que designan sentimiento, como vergüenza, miedo, pena, rabia, etc.


    Debemos tratar de corregir estos hábitos que son gramaticalmente incorrectos y aprender de ello para proyectar una mejor imagen al hablar. Entiendo que a algunas personas el leer y aprender acerca de estos aspectos gramaticales no se les hace tan divertido, pero recordemos que el español es un idioma, que aparte de ser muy hermoso, nos representa como cultura y debemos cuidarlo. 

    "Varios lingüistas y filólogos han buscado las posibles causas de este fenómeno. Para algunos se debe a la inestabilidad y vacilación en el uso de las preposiciones, en particular de la preposición de, por la gran cantidad de relaciones semánticas y sintácticas que puede establecer. Para otros se puede dar además un cruce de estructuras: "espero que venga" y "tengo la esperanza de que venga" pueden transformarse en "espero de que venga" (dequeísmo) y "tengo la esperanza que venga" (queísmo). Independientemente de las causas que lo motivan conviene evitar en lo posible este uso anómalo de la preposición de, pues con ello, no cabe duda, se lesionan gravemente estructuras sintácticas y, como consecuencia, se corre el riesgo de ir perdiendo precisión en el lenguaje".


  

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